Es mucho mejor esperar a que el agua hierva para echar la sal, y no antes.
El motivo es que al echar la sal en el agua hirviendo facilitaremos su disolución, y de esta manera no se quedará en la parte de abajo en una zona localizada, evitando así la formación de picaduras de corrosión. Así de simple.
Es un consejo a seguir si os gusta cuidar de vuestras ollas y cazuelas.
En Menajeando tenemos esta monada de salero de la marca Ibili, modelo básico por 1,40 euros.
Hasta el próximo consejo…..
Nerea